viernes, 24 de junio de 2011

Un sueño.

Sus manos se encontraban entrelazadas.
Las palabras casi ni se oían, jugaban una con la otra.
Las miradas puestas en los ojos del otro, con una gran nota de picardía en ellos.
Y, de un momento a otro, ella, con sus labios, apriosiona suavemente su labio superiór.
El no reacciona de un sobresalto, no. Ya se lo esperaba.
Sonrie.
No era una sonrisa cualquiera, en ella se podía ver el aprecio que le tenia.

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