martes, 9 de agosto de 2011

Las maneras que tiene el ser humano de canalizar sentimientos varía de manera infinita.
Desde poemas, pinturas, flagelos, comer a más no poder, no comer, y millones de maneras que te pueden impresionar como no.

En mi vida estoy transitando una etapa en la cual no hayo mi lugar. Bastante deprimente.
Tengo padres separados. Mis hermanos viven con mi padre y fin de semana por medio lo pasamos en lo de mi madre.
La cosa es la siguiente: pensé que había encontrado mi lugar en el mundo con Alejandro, mi ex novio, pero en esa relación terminé no siendo yo misma. No podía crecer como a mi me gustase. (Capítulo aparte que desarrollaré en otro post). En fin. Me volví para Buenos Aires... mis cosas quedaron allá.
Hace cinco meses, van a ser, que mi padre me viene postergando el viaje para ir a buscar las cosas, por ende, me siento sin lugar.
En lo de mi madre estoy comoda, pero siento que me falta algo.
En lo de mi padre me deprimo, porque no hay nada mío en la casa.
Y así fué como me empecé a hundir en tristeza de a poco. Si bien, tenia amigos que me contenían, no todo el tiempo estaba bien. Tan así que mi mente cayó en un estado asquerosamente horrible. Me alejé de todos, no quería saber nada... incluso llegue a pensar en el suicidio.
Siempre anduvo por mi cabeza el flagelo y el delirio de la muerte, pero nunca la senti tan profunda como esa ultima semana... antes de canalizar mis sentimientos.
Decidí que era momento de un cambio, que no valía la pena estar así. Fue ahí cuando decidi hacer el cambio radical, una nueva yo.
Me corte el pelo.
No les puedo explicar con palabras la manera que me removio el interior el verme así, cambiada.
DIOS, ERA UNA NUEVA YO!
Cambié, un monton. Ya no tengo esos pensamientos dañinos hacia mi persona, no.
Sin embargo, sigo sin encontrar mi espacio... No me entristece tanto como antes, pero bajonea.


Despues del 14 de agosto me voy a buscar mis cosas... al fin...
Cuando vuelva de ahí voy a poder decir...

Má, Pá... volví a casa.

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